En 1990 el Gobierno Federal del Estado de Río Grande del Norte, en el Brasil, determinó la liquidación del Banco de Bandern. La liquidación duró desde el año 90 al 98; período en el que unos fueron despedidos en expectativa de empleo, otros recolocados interinamente sin sueldo mínimo asegurado, y otros, quedaron en el banco a expensas del cierre definitivo.
Un equipo de investigadores realizó un estudio de la evolución de la salud mental de estos trabajadores, en una experiencia prolongada de indefinición en el empleo. Esta experiencia de inestabilidad laboral se está dando en las sociedades actuales, no específicamente por actuaciones y decisiones de la acción pública, sino que en estos tiempos, se ha generalizado la inseguridad en el empleo y es uno de los rasgos definitorios de la situación económica y del mercado.
Quiero por tanto, destacar algunas conclusiones de aquel estudio psicosocial, que nos puede dar luz sobre la influencia que tuvo en la salud mental de los empleados, ese periodo de indefinición en el empleo, y a la vez, considerar algunos remedios que pienso pudieran paliar los posibles desajustes mentales como la depresión, la ansiedad, la tristeza, la pérdida de autoestima etc., de los afectados por la inestabilidad laboral y el paro.
Las conclusiones del estudio sobre los empleados del banco Bandern, arrojaban cuatro niveles de afrontamiento o tendencias que se produjeron en esos ocho años de investigación entre los empleados analizados.
El grupo mayoritario, mostró una tendencia a reducir su eficacia para seguir trabajando o para buscar empleo, aumentaron los desequilibrios en su tensión emocional y algunos entraron en depresiones, no graves, pero con picos de intensidad moderada.
Es curioso reseñar, que un segundo grupo que había sido recolocado en condiciones inestables de trabajo, mantenía cierto equilibrio, porque se apoyaba en el conformismo compensador, pero nos dice la muestra, que tal estrategia de afrontamiento, declarando satisfactoria la situación, negando así la realidad, los hacía muy vulnerables a los cambios, consiguiendo sólo alivios temporales del sufrimiento.
Los otros dos grupos, aunque más minoritarios, optaban por un moderado control racional de su futuro y la creencia en el crecimiento.
Por ello, desde mi perspectiva de psicóloga, creo que salvando las distancias en los tiempos, en el volumen de afectados y en la intensidad del problema en el mundo y en España, está ocurriendo lo mismo.
Pero las conclusiones de la muestra, también nos relatan algunas estrategias para moderar esos desequilibrios. Tales variables o remedios para influir de forma positiva en la reducción de las alteraciones psíquicas, son el apoyo familiar, el apoyo social, el apoyo institucional, y especialmente, elevar el nivel de instrucción (no sólo el nivel de conocimiento) a los trabajadores y autónomos, que se encuentran en una inestabilidad o indefinición en el empleo, o sencillamente en paro.
El trabajo de investigación, concluye destacando la ausencia, por parte de la entidad bancaria, de la contemplación de los aspectos humanos, generando perjuicios para la salud mental de los trabajadores. Tales perjuicios, se vuelven contra la sociedad y desvalorizan la capacidad humana en los procesos productivos.