El estigma y el manejo del TLP en el ámbito familiar

¿De qué manera conducir el estigma en la vida familiar de un TLP?

La estigmatización del Trastorno de Personalidad Límite puede permear y perjudicar las relaciones con los familiares, amigos y hasta el plantel médico y sus socorrieres.

En varios estudios de investigación, en los libros y materiales de entrenamiento de siquiatras, psicólogos y de los trabajadores sociales, se refieren a la incidencia en el abuso, intencional o inadvertido, que sucede con aquéllos que fueron diagnosticados con TLP.

Si por al azar usted está consultando a su terapeuta para solicitarle asistencia sobre el tema y este le dice que el tolerante se está comportando como un individuo que fué abusada, esto tiene la posibilidad de tener serias consecuencias en su actitud hacia el resto integrantes de la familia y con los amigos próximos.

Si usted es una madre soltera o padre soltero y sabe que usted no fué abusivo, entonces ¿Dónde se produjo el abuso? Si su familia es abundante, ¿De qué forma ve a el resto integrantes de la familia que tuvieron algún género de contacto con su tolerante? Si el tolerante tiene un padre y una madre ¿Qué van a pensar el uno del otro? ¿De verdad ocurrió algún género de abuso?

El elemento clave para los progenitores o los allegados de un TLP es de qué manera el abuso y la desidia perjudica la relación de los progenitores y allegados con los equipos de régimen o con los terapeutas particulares. Es una situación realmente difícil y también incómoda sentarse frente a frente con los médicos expertos y preguntarse qué opínan de usted o de su familia, como asimismo es una situación incómoda y bien difícil para los médicos y terapeutas confrontar con la gente que lograron haber contribuido con el trastorno de su tolerante.

Es muy posible que logre comprender el problema, pero no ya no es muy lamentable, aparte de estar conjuntado con la experiencia de confrontar con las reacciones recurrentes del tolerante y con el estigma de tener un enfermo mental en su familia. En este nuevo tiempo de sospecha es realmente difícil realizar lo que debe llevar a cabo: Poner sus sentimientos a un lado y enfocarse en conseguir la asistencia precisa y ofrecer el acompañamiento que el TLP necesita.

¿De qué manera conducir el TLP en el ámbito familiar?

Estudiar el género de asistencia que un individuo TLP precisa significa el tener qué contestarse ciertas cuestiones realmente difíciles. ¿Cuáles son las condiciones mucho más esenciales que se deben lograr en el ámbito familiar? ¿Qué esperanzas o reacciones se precisan trabajar o amoldar los integrantes de la familia?

A veces el tolerante TLP puede verse sano y muy capaz, con lo que los familiares tienen la posibilidad de tener distintas críticas sobre lo que puede o debe aguardarse de él o de ella. Para alguien que en ocasiones se siente muy conminado y vulnerable, el tener a sus allegados en contra no es realmente útil, con lo que las familias verdaderamente precisan tener un enfoque unificado; esto puede necesitar trabajar con un terapeuta para conseguir un enfoque común y para poner preferencias.

En la mayoría de los casos, la seguridad es la prioridad primordial, y los familiares tienen que comprender a quién preguntar en el caso de una urgencia (autolesiones intencionales, abuso de fármacos, etcétera.) y tienen que tener un plan de urgencia listo. El poner límites y ser capaces de entablar esperanzas precisamente y sinceramente es mucho más bien difícil de lo que uno puede meditar y también supone comprender la diferencia entre ser asegurador y ser permisivo. Es considerablemente más simple argumentar las esperanzas en tiempos de tranquilidad que el producir un ultimátum en la mitad de un enfrentamiento verbal en incremento.

Todos y cada uno de los familiares próximos deben estar implicados en la toma de resoluciones de una forma unida y consistente. Si bien las críticas tienen la posibilidad de ser tomadas como desafíos por la persona con TLP, es esencial para los familiares estudiar a no contestar del mismo modo.

Todas y cada una la gente tienen disconformidades, pero es fundamental que no aumentemos los sentimientos atroces y que permanezcamos alerta y prestos a oír. Si somos capaces de encararnos a los enormes inconvenientes y conseguir formas de solventarlos en pequeños pasos, entonces la familia va a ser menos vulnerable a la frustración y al desconcierto.

Realizando cambios con nosotros.

Mantenerse ilusionado y verdadera necesita de determinación y es precisamente lo que demanda la persona TLP, a quien, a lo largo de largos periodos de tiempo, se le solicita que realice cambios internos complejos para lograr supervisar las conmuevas y patrones de pensamiento y sentimiento. Los familiares requerimos monitorear nuestras conmuevas y estar atentos de nuestros patrones de pensamiento.

Es durísimo ver a alguien muy amado que padezca un trastorno psicológico profundo, aparte de requerir muchas veces de un acto de fe al atestiguar las recaídas. Si observamos que los hábitos son deliberadamente intencionales y perjudiciales reaccionaremos a eso. Si observamos los hábitos como un reflejo de un déficit de capacidades en vez de un propósito deliberado, nos brindará mucho más motivación para sostenernos señales a las señales sentimentales y a estar alerta de nuestro confort físico y mental.

Aprendido que la gente con TLP carecen de técnicas de autoalivio. Si ofreceremos un óptimo modelo de salud sensible, entonces nosotros, los que intentamos de ofrecer acompañamiento, requerimos tener certeza de que nos sostenemos en buen estado físico y sensible. Un viejo adagio sobre ser progenitores, nos advierte de que no tenemos la posibilidad de cuidar a alguien a menos de que uno logre cuidarse a sí mismo.

Los progenitores y el resto integrantes de la familia no se aprecian a sí mismos como cuidadores, en el sentido de la palabra de salud psicológica, pero en verdad eso es lo que somos. Esto quiere decir que debemos ser capaces de cuidarnos a nosotros al tiempo que intentamos de hacer un ámbito familiar armonioso para nuestro familiar con TLP.