La psicosis y el bullying o acoso en la infancia duplica la probabilidad de una persona joven de tener los síntomas de psicosis en la adolescencia temprana.
De hecho, si la intimidación es mayor en duración y más grave, existe un riesgo mayor de tener psicosis. La victimización crónica o severa entre pares tiene consecuencias no triviales, adversas a largo plazo.
Por lo tanto, la reducción de la victimización entre iguales y el estrés resultante causado a las víctimas podría ser un objetivo que vale la pena para la prevención, haciendo esfuerzos de intervención temprana para contrarrestar el problema común de salud mental y psicosis.
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¿Cómo se desarrolla la psicosis producto del bullying o acoso?
Los niños y jóvenes que son acosados a menudo son menos asertivos y más fácilmente perturbables que sus pares que no son víctimas. Igualmente, los resultados de las investigaciones demuestran una relación directa entre la intimidación y los síntomas psicóticos.
Significando que mientras más grave es la intimidación, más fuertes son los síntomas de la psicosis, lo que sugiere que efectivamente la intimidación causa en los niños y jóvenes síntomas psicóticos y ambos procesos se retroalimentan.
Por lo tanto, se requiere entender que si la victimización cambia los niños y jóvenes procesan los pensamientos y emociones que alteran la respuesta del estrés y los síntomas psicóticos, que también tienen un componente en las raíces genéticas.
Los investigadores señalan que las víctimas de bullying son a menudo más retiradas, retraídas, inasertivos, físicamente más débiles, fácilmente trastornables emocionalmente, con una mala comprensión social, comparado con los jóvenes que no son acosados.
Los mecanismos potenciales de la intimidación que puede llevar a síntomas psicóticos incluyen una mayor sensibilidad al estrés, con alteración del proceso cognitivo, afectivo y biológico de la persona víctima de bullying o acoso.
La psicosis se puede convertir a enfermedades psiquiátricas más atemorizantes o difíciles para una familia de hacer frente.
Un estado mental extremo en el que personas con problemas de pensamiento y emociones puede causar que otra persona pueda perder el contacto con la realidad.
Esto podría significar escuchar o ver cosas que no existen (alucinaciones) o creer cosas que no son verdaderas (delirios).
La enfermedad más a menudo posible asociada con la psicosis, es la esquizofrenia, que generalmente no aparece hasta la adolescencia tardía o adultez temprana.
Recientemente, sin embargo, expertos en la materia han estado trabajando para identificar a los niños y jóvenes de alto riesgo que presentan síntomas producto del bullying o acoso que podrían servir como señales de advertencia temprana de la psicosis, y varios centros académicos buscan centrarse en este período crucial cuando es posible cambiar la trayectoria de la enfermedad mental.
Los síntomas de la psicosis ocurren en un espectro de muy leves a graves y pueden incluir: retirarse de amigos y familia, sensación de cambios en los patrones de comer y dormir, menos preocupación por la apariencia, la ropa o higiene.
Dificultad para organizar pensamientos o discurso, pérdida de interés habitual en las actividades o de motivación y energía, desarrollo de inusuales percepciones, ideas o comportamientos, tales como visiones o escuchar voces (incluso ver sombras) sentir como si las cosas son irreales, cambio en la personalidad, sentimientos de grandiosidad (creencia de que se tiene un superpoder).
¿Cómo enfrentar la psicosis en los niños y jóvenes víctimas de bullying o acoso?
El primer paso es que si cree que el niño o joven está en riesgo, buscar ayuda para realizar una evaluación y llevar el tratamiento adecuado para los síntomas prodrómicos o primarios que depende totalmente de la gravedad cuando son diagnosticados.
La Evaluación del Especialista
El primer paso es un correcto y completo diagnóstico por un profesional de salud mental con experiencia en la evaluación de enfermedad psicótica sobre todo si el niño o joven ha sido víctima de bullying o acoso. -La evaluación del joven con ayuda de especialistas
Tratamiento Psicológico o Psiquiátrico
Si se observan cambios marcados en la motivación, pensamiento o comportamiento del adolescente, el primer lugar para comenzar es con un especialista para descartar una enfermedad médica.
El uso de sustancias también debe descartarse como la causa de los cambios de comportamiento en adolescentes. Después de eso, se requiere que el joven evaluado sea visto y tratado por un psiquiatra calificado o un psicólogo. Esto en sí mismo puede ser un proceso de múltiples pasos.
Prevención de la psicosis con opciones de estilo de vida y salud mental.
Los síntomas psicóticos y la enfermedad se han demostrado que pueden variar un poco dependiendo del medio ambiente, la salud del cuerpo, las relaciones interpersonales, y la mentalidad.
Como con cualquier enfermedad, pero particularmente importante en jóvenes en riesgo, el estilo de vida saludable es clave.
Independientemente de la severidad de los síntomas prodrómicos o primarios, se puede mejorar el resultado asegurándose de que el niño o el joven se apegue a una rutina que incluye:
Comer bien consiguiendo realizar ejercicio físico con frecuencia, respetar un horario regular de sueño reduciendo el estrés tanto como sea posible.
Permanecer alejado(a) de las drogas, especialmente la marihuana, que puede interactuar con los síntomas primarios y aumentar significativamente el riesgo de psicosis.
Redireccionar la Ansiedad y la Depresión de los niños y jóvenes víctimas de bullying o acoso
Además, no olvidéis tratar la depresión y la ansiedad.
Ya que los adultos que eventualmente desarrollaron esquizofrenia identifican un período de tres a cinco años durante los cuales experimentaron depresión o ansiedad antes de desarrollar los síntomas primarios de la psicosis y luego desarrollar la psicosis.
Se requiere tratar la depresión temprana, para realmente interrumpir la progresión de la depresión a la psicosis en algunos pacientes.
El Tratamiento de los síntomas primarios (prodrómicos) de la Psicosis
Se recomienda probar varios enfoques.
Si los síntomas son leves se usan tratamientos más sencillos, como: psico-educación que consiste en enseñar al niño o al joven y la familia más sobre los síntomas y la enfermedad.
La terapia conductual cognitiva que particularmente, puede ser buena para cambiar los patrones de pensamiento. También se requiere el desarrollo de la autoestima.
Tenemos que tener cuidado que los niños y jóvenes con un diagnóstico psiquiátrico, no sean estigmatizados y puedan entrar en un modo negativo o sin esperanza donde sientan que no pueden alcanzar una solución a los problemas.
De allí que los ajustes del estilo de vida, más recomendados son:
Evaluar si el entorno actual de la escuela es el mejor para el niño o el joven,
Promover tal vez un grupo social terapéutico para ayudar al niño o al joven a hacer frente a la psicosis.
Reducir el estrés, ya que el estrés es a menudo un disparador de los síntomas. Por lo tanto, reducir el estrés en la vida de estos niños y jóvenes es fundamental y puede impedir o retrasar la conversión a la enfermedad psicótica.